Llegué al paradero y los rostros de mis padres me llenaron de nostalgia, estarían solos en casa por 8 días, de las pocas veces en que mi hermano y yo hemos viajado sin ellos, la pena era más grande cuando pasaban los minutos y se acercaba la partida.
Me embarqué, conecté los auriculares al celular de mi hermano, la música sonaba mas fuerte que la tristeza por su despedida, cerré los ojos y pensé en ella.
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